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El Reposo y la Aceptación

Mientras más entendemos la salvación de Yeshúa, más comprendemos lo tanto que la necesitamos, y lo dependientes que somos de Él.


El autor de la carta a los hebreos describe en el capítulo 4 el sumo sacerdocio de Yeshúa Ha'Mashíaj, tocando temas principales como 'el Reposo' (versículos 1 al 13) y 'la Aceptación' (versículos 14 al 16).


<Por eso, acerquémonos con toda confianza al trono de su favor, para que recibamos bondad y compasión, y hallemos favor a sus ojos, y ayuda de su liberación en el tiempo de la aceptación>  -Hebreos 4:16
<Por eso, acerquémonos con toda confianza al trono de su favor, para que recibamos bondad y compasión, y hallemos favor a sus ojos, y ayuda de su liberación en el tiempo de la aceptación> -Hebreos 4:16

El autor inicia mencionando cómo nuestros padres en el desierto fueron separados del 'Reposo' bajo juramento de Adonai, ya que a ellos no les había sido dada la <emunah> por voluntad divina. Y, aunque Josué en su tiempo logró que el pueblo ingrese a la tierra, Elohim ya había privado del Reposo a esa generación.


¿Qué es el Reposo?


La palabra hebrea <Menujáh> significa en español 'Reposo', y este término tiene gran relevancia en las Escrituras por su relación directa con la obra del Mashíaj.


La 'Menujáh' consiste en la restauración de todas las cosas y la participación como coherederos de la tierra dada por Yeshúa Ha'Mashíaj al final de los días, siendo de 'Reposo' tanto para la tierra como para el pueblo, en el sentido de 'descansar del pecado y la maldad'.


Si bien es cierto, Josué, en hebreo <Yehoshúa>, no hizo entrar al pueblo al Reposo, pero su trabajo fue de gran importancia por el motivo de que él era una figura mesiánica, es decir, un símbolo, una señal, una demostración, del que vendría después. Por lo que Yeshúa (de mismo nombre que Yehoshúa <Josué>) nos hará entrar a la tierra, y en ella, a la Menujáh, para siempre.


Dado esto, Yeshúa Ha'Mashíaj es nuestro Sumo Sacerdote, en hebreo, Cohén Gadol, mediador entre Elohim y los hombres (maravillosamente, y para nuestra conveniencia, Elohim se hizo a sí mismo el único medio para conectar con su pueblo, sacando de lado a los imperfectos hombres sacerdotes, para ponerse Él en el lugar de mediador, ya que ese era el trabajo del sumo sacerdote humano), dador de la salvación y la Aceptación por medio de su sacrificio.


¿Qué es la Aceptación?


La palabra hebrea <Ratzón> tiene el sentido de Aceptación o Deseo, como también, consecuente a la Aceptación, de Favor inmerecido y Buena Voluntad de Elohim.


Este término fue utilizado en la Torah mayormente en el contexto de sacrificios, entre los que eran <aceptos> y los que no.

Esta también fue la palabra que Yeshúa empleó al referirse a la <Voluntad> del Padre, es decir, lo que Él acepta y desea.


Al decir en Hebreos 4:16: <Acerquémonos con toda confianza al trono de su favor, para que recibamos bondad y compasión, y hallemos favor a sus ojos, y ayuda de su liberación en el tiempo de la Aceptación>, YEHOVAH nos da a conocer su gran deseo de la restauración de su pueblo por obra Suya, por lo que en su Gran Trono nos ha justificado para buenas obras Suyas, y nos ha dado la <emunah>, su crianza y firmeza, para que seamos aceptos delante de Él, siendo sacrificio vivo y casa Suya continuamente.


Entonces, como consecuencia de que la mente del Mashíaj está en nosotros, y somos hechos a su Voluntad, es decir, para su Aceptación (heb.: Ratzón), tenemos acceso al Reposo (heb.: Menujáh) para salvación y liberación de nuestras vidas por medio de su Redención y pago por la deuda que había sobre nosotros por la desobediencia.


Ya entendemos por qué David dijo esto:


¡Qué grandes son tus obras, YEHOVAH,

muy profundos son tus pensamientos!

El hombre torpe no sabe,

y el tonto no entiende esto. Salmo 92:5


¡Bendito sea Adonai que nos ha dado a conocer y a entender sus maravillosas obras!

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