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Yeshúa, el Ben Ha'Adam


<Porque hijo fui para mi madre, tierno y único delante de mi madre>. Proverbios 4:3 (TTH)
<Porque hijo fui para mi madre, tierno y único delante de mi madre>. Proverbios 4:3 (TTH)

Amados hermanos, hace tiempo analizamos el capítulo 4 de Proverbios (ver video), pero consideré el repasar, más exactamente, el versículo 3 del capítulo, que me pareció en su momento y me sigue pareciendo una señal espléndida de la venida del Mashíaj en el libro de Proverbios, y de las más claras y evidentes.


Mencionaba yo en la transmisión la gran confusión que se genera al pensar que el que está hablando es Salomón, desvirtuando el mensaje dado en el texto; y que en realidad, está hablando Elohim, ya que en el versículo anterior menciona: <No abandones mi Torah>.


En la antigüedad, el concepto de hijo englobaba su papel como heredero y enviado de su padre a llevar la enseñanza de la Torah a la siguiente generación. Por lo que, la palabra hebrea <Ben>, que se traduce como 'hijo', aquí hace referencia al 'Ben Ha'Adam', el Hijo del Hombre, Yehovah enviándose a sí mismo como portador de Su herencia, para traernos su Palabra de salvación a esta generación.


Padre, que es hebreo es <Av>, se refiere al origen, la fuente de la vida. Por eso, Yeshúa cuando dice 'mi Padre', quiere decir, 'de la fuente de la cual procedo', que es la Palabra de Yehovah que está escrita en los cielos, en su gran trono de juicio y justicia.


Las palabras 'tierno y único', se refieren a su sacrificio. Él fue tierno, sumiso, como cordero al sacrificio, y único, porque no hubo ninguno como Él, quien pudiera llevar todas las cargas de Israel. También, la palabra 'tierno', puede hacer referencia a su compasión y bondad, que Él no se endureció al enviarnos su salvación, sino que fue blando y dado, como Nadiv (Dadivoso) que Él es.


Y cuando se refiere a 'mi madre', ya aprendimos que se refiere a la Nueva Jerusalén. O sea, que vino en sacrificio delante de Jerusalén, y la nueva también, porque su sacrificio es para siempre y siempre.


Entonces, el poder de las palabras de Yehovah son tan grandes, que sobrepasan generaciones, y hoy podemos estar leyendo sus palabras y somos capaces de entenderlas por su bondad.


Toda la gloria a Yeshúa Ha'Mashíaj, el que se hizo Ben, y nos redimió con su bondad y gran fuerza.

 
 
 

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